El primer mes de embarazo, semana a semana

Todavía no sabes que estás embarazada porque hasta que la menstruación no se te retrase no hay forma de adivinar que en tu interior se está formando una nueva vida. Seguramente empezarás a sentir alguna náusea y a notarte ligeramente más cansada. Emocionalmente sufrirás una ligera inestabilidad comparable al síndrome premenstrual con cambios repentinos en tu humor. Tus pechos pueden estar más sensibles, pero todavía tendrás que esperar a que tu tripa se abulte.

Semana 1: Tu última menstruación

El médico cuenta las semanas de tu embarazo a partir del día en que empezó tu última regla. Es un dato más fiable que la fecha de ovulación (en torno a ella habrás concebido al niño), que varía según la duración del ciclo y no se puede calcular cuando los ciclos son irregulares. Así, en esta semana no estabas embarazada, sino con la regla: tu útero desechaba lo que había preparado para un posible embarazo que no llegó.
Semanas del bebé: 0.

Semana 2: Un útero acogedor

El órgano que albergará al niño, el útero o matriz, es un músculo con un hueco en su interior, la cavidad uterina, que conecta con la vagina a través del cuello o cervix y con los ovarios izquierdo y derecho a través de las trompas de falopio. Ahora tiene el tamaño de un higo fresco (llegará a ser como una sandía grande) y está acolchando sus paredes con una capa de células en la que anidará el huevo. Al final de esta semana ovulas, haces el amor y un espermatozoide fecunda al óvulo, que prosigue su camino hacia el útero.
Semanas del bebé: 0.

Semana 3: Empieza la vida

La célula resultante de la fusión entre el óvulo y el espermatozoide, mezcla del padre y de la madre, pero distinta a los dos, se llama zigoto. A las 12 horas, continuando su viaje por la trompa, la célula se divide y crea otra igual a sí misma. Y cada 12 horas todas las células vuelven a multiplicarse, formando 4, 8, 16, 32… Dos días más tarde la pelota de células, que ahora se llama mórula, cae en la cavidad uterina, en la que pasa otros cuatro días rodando y creciendo antes de pegarse a su pared.
Semanas del bebé: 1. Talla: 0,02 mm. Peso: 0 g.

Semana 4: Echando raíces

Aunque aún no sospechas nada, tu futuro bebé, que ahora se llama «blastocito», ya está enraizando en el útero. Es como una verruguita (mide un cuarto de milímetro, como la cabeza de un alfiler), constituida por cientos de células genéticamente iguales, pero que empiezan a diferenciarse (activando unos genes y bloqueando otros) para cumplir tareas distintas: las células de la capa externa forman la placenta, el cordón y las membranas amnióticas, y las del centro crean las estructuras del embrión. Al final de esta semana el disco embrionario se transforma en un cilindro, que se va curvando, mientras el esbozo de la placenta hunde más y más sus capilares en la mucosa uterina.Puede experimentar una pequeña hemorragia inicial cuando el óvulo fertilizado se implanta en el revestimiento uterino.
Semanas del bebé: 2. Talla: 0,15 mm. Peso: 0,02 g.

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